Aborto en pandemia y el derecho a decidir
«Abortaste en cuarentena. Contanos tu experiencia», fue la campaña lanzada durante 2020, mediante las redes sociales, por Socorristas en Red (feministas que abortamos), quienes conforman una articulación de colectivas de argentina desde 2012, ellas se encargan de brindar información –teniendo en cuenta los protocolos de la Organización Mundial de la Salud- y acompañan a todas las personas con capacidad de gestar que han decidido practicarse un aborto para que los mismos sean producidos con seguridad y cuidado. Exigiendo, al mismo tiempo, la garantía de que sus derechos sean cumplidos, cuidando su vida y salud.
Bajo el lema Estamos cerca, reúnen, mediante capítulos, las historias de cincuenta y dos mujeres que, valientes, se animaron a contar cómo se sintieron cuando abortaron durante los primeros cien días de aislamiento preventivo por el Covid-19.
Estos relatos -publicados en las redes sociales de Socorristas entre agosto y septiembre del año pasado-, tratan sobre las distintas emociones que cada una de estas mujeres sintió; algunas cuentan el pánico y miedo que tuvieron al enterarse que, producto de una relación sexual no cuidada, estaban embarazadas. Otras, por el contario, explican la libertad y la felicidad que sintieron al saber que estaban haciendo lo correcto.
Entre todos ellos conocemos el caso de Caro, 31 años, quien contactó a Las hilarias (Socorristas en red), quienes la ayudaron, mediante charlas telefónicas, a informarla adecuadamente sobre el proceso.
Caro contó que se sintió escuchada y súper comprendida y a las semanas realizó el procedimiento “pensé que iba a ser más difícil psicológicamente afrontarlo, pero al estar convencida de que fue lo mejor, me quede tranquila. Sentí como mi cuerpo volvió a la normalidad”, expresó.
Otro caso fue el de Florencia, 21 años, que aún hoy no se siente lista para hablar con detalle sobre su situación “el día que realicé el aborto fue súper difícil, en mi experiencia fue doloroso y espero no volver a tener que pasar por esto nunca más” y explicó que a veces se acuerda de ese momento y le da miedo y es en parte por eso que no puede hablarlo y aunque su pareja le pregunte sobre eso ella siente que para él eso ya pasó y no hay motivos para volver a revivir ese momento.
Distinto fue el caso de Lucia, 23 años, que desempleada, sin pareja y viviendo en la casa de sus padres, no quería continuar con su embarazo, junto a su amiga decidió una fecha y en la casa de su amiga comenzaron a realizarlo, tranquilas. Durmió, se despertó y empezó a sangrar, “está pasando”, pensó.
Y junto con los dolores se sentía bien. “ya está amiga, anda a descansar que ya está” y eso hizo. Volvió a su casa con la calma de que esa noche iba a dormir tranquila.
Erica de 26 años, cuenta su experiencia y asegura que se sintió muy agradecida, un apoyo muy grande y, sobre todo, seguridad. Se sintió libre de poder expresar y elegir sobre su cuerpo y contó que esa opresión de pensamientos negativos sobre su decisión había desaparecido, aprendió a mirar de otra forma.
“Me sentí viva, me sentí libre, me sentí empoderada y sobre todo me sentí acompañada y respetada” declara.
Agustina. 32 años, es madre y no quiere volver a parir, ni a amamantar ni a dejar de dormir por muchas noches, entonces llama en busca de ayuda y con la decisión tomada decide un día, prefería hacerlo durante la noche, cuando sus hijos duermen, pero sucedió a la tarde, abrazada junto a uno de sus hijos y acompañada junto a su socorrista quién llevó una extensa cantidad de cosas para acompañar ese momento. Tuvo la merienda más linda y gratificante como no le pasaba hace mucho.
Sol, de 22 años, cuenta su experiencia y relación con el aborto con una poesía;
“Mi útero duele
Expresando un dolor
Histórico
Colectivo
Mi útero expulsó
Con el dolor
Que sólo la fuerza de la decisión puede resistir
Un desgarro
Que data de generaciones
De mandatos impuestos
Que acaban con nuestras vidas
Y sueños
Un desgarro que pertenece a todas mis ancestras: esclavas, brujas, guerreras, campesinas, curanderas, matriarcas, niñas, madres, abuelas, de todas las hembras y mujeres. Incluida la madre tierra.
Mi útero duele acompañado amorosamente.
Mi útero
Aún duele
pero late con fuerza
Vitálico
Mi útero emana energía sagrada
En él confluyen
luchas que me anteceden
luchas que habito.
Mi útero gesta la poesía de la libertad”.
Así como los casos mencionados anteriormente, existen muchos más, y todos estos relatos demuestran que la mayoría de las veces duele pensar en los otros y no en una misma, en tenerse en cuenta y en ponerse antes que nadie, antes que nada.
Todas estas mujeres evidencian que, cuando se toma una decisión con tal importancia la misma provoca angustia, incertidumbre, temor y hasta a veces, culpa y a pesar de ello, hay que tener en cuenta que existe una realidad común entre todas ellas y es que, leer textos sobre experiencias de personas gestantes que abortaron, generan tranquilidad y hasta pueden llegar a producir esperanza en aquellas que quieren hacerlo pero tomar la decisión les aterra, no por no estar seguras de querer hacerlos sino por el qué puede pasar.
Estamos cerca demuestra la continuidad de acompañamientos entre mujeres a la hora de abortar en estas situaciones de pandemia. Estamos cerca da esperanza a las mujeres, les produce alivio, lo utilizan como una manera para hacerles entendible que estas amigas socorristas estuvieron, están y estarán presentes brindando ayuda, informando y acompañando a quién lo necesite porque, en pandemia o sin ella, el aborto existe y continua.
Aborto en pandemia
Es sabido que, durante la pandemia, los Organismos internacionales han reclamado la esencialidad que la salud pública significa. En medio de una crisis social, económica y sanitaria, ni los embarazos no deseados y ni los abortos han sido producidos fuera de la clandestinidad.
En Argentina, durante el aislamiento preventivo, social y obligatorio, han fallecido cuatro mujeres como consecuencias de abortos clandestinos. Estos son los casos que sí han sido conocidos.
En marzo falleció Ivana Micaela, 22 años, en Pirané, Formosa, a causa de una infección generalizada producto de un aborto clandestino. Ivana estuvo internada en el Hospital de la Madre y el Niño y, por complicaciones fue derivada al Hospital de Alta Complejidad de la provincia de Formosa en donde falleció. “Shock Respiratorio. Aborto Séptico” anunciaba el informe policial sobre las razones de su fallecimiento.
En Mayo, falleció la segunda mujer, de 41 años en González Catán. La mujer había llegado al Hospital Materno Infantil Teresa Germani, de la Matanza con un aborto en curso, presentando hemorragias y mucha fiebre. Por complicaciones la derivaron a Terapia Intensiva del Hospital Simplemente Evita, allí presentó un paro cardiaco y lamentablemente, a las pocas horas, falleció.
En Agosto, falleció Rosario, 40 años, por consecuencia de una infección generalizada y desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito declararon que “la pandemia del Covid-19 ha recrudecido las condiciones del sistema sanitario y por ende, ha impactado desfavorablemente en las mujeres y personas gestantes. Aumentaron los embarazos no deseados y la información sobre el derecho al acceso de la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) es restringida en muchos municipios”.
Otro caso fue el de Mariela, 40 años, quien lucho durante tres semanas en el Hospital de la provincia de Córdoba y luego de haber sufrido dos paros cardíacos falleció.
En Argentina, cada año, se producen entre 350.000 y 500.000 abortos, alrededor de 1.300 por día, es decir que, aproximadamente, se producen 54 abortos por hora en todo el territorio argentino.
Viviana Mazur, Médica generalista Coordinadora del Postitulo en ESI (Educación Sexual Integral) del Profesorado Joaquín v. González y de la Coordinación Salud Sexual, SIDA e ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) de la Ciudad de Buenos Aires, declaró, en el medio grafico MU, que los servicios de salud sexual y reproductiva y el acceso a la interrupción legal del embarazo, son esenciales.
Asimismo explica que, durante la pandemia, los centros de salud de la Ciudad de Buenos Aires y de algunas provincias, han recibido menos casos críticos por complicaciones en abortos clandestinos y explica que esto no es porque los mismos no sucedan sino porque “hay mujeres que tienen miedo a salir o no pueden” según las restricciones impuestas por el gobierno para hacer frente a los contagios por Covid-19.
Una realidad es que muchas mujeres no quieren asistir a las clínicas por temor a contagiarse, porque no saben si las clínicas estás abiertas o porque, simplemente no pueden salir de su hogar.
“Parecería que el acceso a la interrupción legal del embarazo sería un lujo en este contexto y la verdad es que no; seguramente esa persona joven tiene menos posibilidad de morir por Covid que por una interrupción insegura. La verdad es que se complejiza la situación y se complejiza incluso en la medida en que las personas no pueden transitar fácilmente, que si no tienen un certificado quizá la paran, que quizás llegan al hospital y no pueden entrar. Esas cosas están sucediendo y hace que tengamos muchos más casos de interrupciones de segundos trimestres, más avanzados qué los que estábamos teniendo antes de la pandemia”, declara.
Mientras tanto, en estos meses de cuarentena las mujeres siguen abortando, pero lejos de que sea en un marco absolutamente legal, seguro y gratuito, las restricciones de circulación y la gran demanda que tiene el sistema de salud, han creado más barreras en el camino para estas mujeres.
Al mismo tiempo, desde Socorristas en Red, coinciden en que las dificultades han ido en aumento durante toda la cuarentena, los niveles de ansiedad se han incrementado al igual que la preocupación producidas en las personas gestantes, necesitando, por esto, mayor contención y atención psicológica.
En relación a las consultas realizadas para obtener información sobre el aborto, desde el Ministerio de Salud aseguran que los llamados realizados a la línea de Salud Sexual se han multiplicado. La línea pasó de un promedio de entre 5 y 11 consultas diarias a 70 consultas. En el mes de marzo hubo 259 consultas; en abril 635, en mayo 865 y en junio 881, dejando un total de 2640 consultas en 122 días. En estos meses se produjo un incremento del 536%.
Lo cierto es que las mujeres seguirán abortando a pesar de la pandemia y un aborto clandestino puede ser igual de mortal que el Covid-19.
Acceso a la Interrupción Voluntaria del embarazo
En la apertura de sesiones ordinarias legislativas, el presidente, Alberto Fernández declaró por medio de un discurso que dentro de los próximos diez días presentaría un proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo y permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando toman la decisión de abortar.
El avance de casos confirmados por Covid-19 impidió todo trabajo legislativo, dejando en suspenso el tratamiento de la legalización del aborto.
Tras meses de vigilia e incertidumbre, finalmente, en Argentina, La Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, Ley 27610; con 131 votos afirmativos y 117 negativos por parte de la Cámara de Diputados y, con 38 votos a favor y 29 en contra por parte de la Cámara de Senadores fue sancionada por el Congreso Nacional el 30 de Diciembre de 2020, y fue promulgada el 14 de Enero de 2021.
Dicha ley tiene como objetivo regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado en materia de salud pública y derechos humanos.
Con esta ley, las mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar, tienen derecho a decidir y acceder a la interrupción de su embarazo hasta la semana catorce, inclusive, del proceso gestacional.
Hoy, gracias a esta nueva normativa, las mujeres podrán interrumpir su embarazo sin temor de ir a prisión y el sistema de salud público deberá garantizar la cobertura de la intervención de manera gratuita, por eso dispusieron una línea segura sobre Salud Sexual y Reproductiva, la misma es 0800-222-3444.
Este servicio es gratuito y tiene como objetivo, brindar atención personalizada y oportuna para facilitar el acceso a los servicios de salud sexual reproductiva en todo el país.
Hoy más que nunca, decimos y afirmamos: “Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar y Aborto legal para no morir”