ANÁLISIS DE CÓMO EL PRECEDENTE RETRASA EN UNA SOCIEDAD QUE CADA VEZ MÁS APUESTA POR LA LEGALIZACIÓN DEL ABORTO

SEGUNDA PARTE

Sin ser reiterativa, en la parte anterior dimos un comentario sobre el polémico precedente DOBBS v. JACKSON WOMEN’S HEALTH ORGANIZATION, las premisas en las que se basa el fallo de la Corte Suprema estadounidense para cercenar un derecho fundamental -como lo es el aborto- para las personas gestantes y su elección sobre sus cuerpos hizo temblar algunos sectores. Sin embargo el mundo apuesta por otra cosa, apuesta por la legalización, la igualdad y priorizar la decisión de las mujeres en su cuerpo. Las siguientes líneas abordaran un poco de historia, el panorama global y el importante papel de la cultura en esta lucha.

Un poco de historia

Cuando leemos los argumentos del precedente encontramos como argumento, uno de los principales, es que el derecho al aborto no se encuentra arraigado en la historia estadounidense como para considerarlo uno de los derechos implícitos. Puede que quizás el aborto no se encuentre arraigado en la historia norteamericana como la Corte dice, pero sí a nivel mundial.

Sin ir tan lejos en el tiempo, en 1920 Rusia se convertía en el primer estado que permitió la interrupción voluntaria del embarazo sin restricciones, de manera gratuita en hospitales públicos. En 1936, producto del cambio de personajes políticos se volvió a la prohibición, actualmente se permite dentro de las primeras doce semanas de gestación.

Durante 1936, Cuba legalizaba la interrupción del embarazo cuando el feto era producto de una violación, cuando peligraba la vida de la mujer gestante, o cuando había indicios de enfermedad hereditaria incurable.  En 1965 se lo reconoce como un derecho humano y se institucionaliza la práctica realizándose en centros de salud sin costo. Para 2019 comienza a figurar en la Constitución de la nación latinoamericana.

Protestas en Polonia durante el 2020.
Foto: Dominika Zarzycka/NurPhoto via Getty Images

Inglaterra se convierte en pionera en Europa Occidental, cuando en 1967 mediante el Abortion Act permite la interrupción hasta las 28 semanas, luego reducidas a 24 en 1990, en caso de que el feto presentara indicios de discapacidades severas o peligro en la salud de la gestante.

En 1971 un grupo de mujeres acompañadas de la icónica Simone De Beauvoir, quien redacta el texto “Manifiesto por el aborto”. Esto prendió la mecha y en 1975 se promulgó la Ley Veil que legalizó el aborto, reafirmada luego en 1979, con dos notas polémicas: la semana de reflexión previa y la objeción de conciencia.

El Movimiento Di Liberazione Della Donna, nace en 1967 en el epicentro de la Iglesia Católica, Roma, donde se dispone a luchar por el divorcio vincular, la educación sexual y la interrupción voluntaria del embarazo. En 1974 las mujeres salen a la calle bajo la consigna “Aborto libre para no morir, anticonceptivos para no abortar”, cuatro años más tarde se aprueba la interrupción voluntaria del embarazo, permitiéndola dentro de los primeros 90 días, en caso de peligro en la salud física o psíquica; dificultades económicas, sociales o familiares; o ante enfermedades incurables.

A lo largo de los años distintos países han ido avanzando en la regulación del aborto, permitiendo este derecho a las personas gestantes. Podríamos demoras páginas y páginas volviendo en la historia de la Antigüedad sobre como el aborto se encuentra arraigado en la cultura universal, incluso deteniéndonos en las discusiones doctrinarias de sectores conservadores. Sin embargo, el resultado sería el mismo, este derecho ha acompañado a las mujeres a lo largo de la historia, se encuentra arraigado en la historia universal de la humanidad, desde el uso de plantas medicinales, hasta cada uno de los momentos en los que su regulación pasó de tener ciertas condiciones hasta permitirse ante la libre petición de las mujeres en alguno de los países. Pese al contexto global, la corte estadounidense se olvidó del resto y negó un derecho.

¿Cómo se legisla el aborto en el mundo?

El panorama global resulta ser algo favorable, sin embargo no está permitido todavía cantar victoria. Si vemos los mapas en diferentes portales de noticias donde se marca con colores los países donde el aborto está permitido bajo petición en más de 50 países, predominando el color verde. Luego avanza del amarillo al rojo, marcando los países donde se permite por motivos socioeconómicos, para preservar la salud, para priorizar la vida de la mujer, para encontrarnos al final en tono oscuro aquellos países donde no se permite y está totalmente prohibido (El Salvador, Nicaragua, Honduras, Malta, Andorra, entre otros).

Mapa: ABC. Fuente: Centro de Derechos Reproductivos

Afortunadamente a nivel global son más los que permiten el acceso de este derecho a las personas gestantes que los que no. Sin importar la inclinación de la política de turno, ya que está visto que es indiferente, tanto países como EEUU, Polonia y China retroceden casilleros en esta materia, debemos llegar a la conclusión de que el aborto debe dejar de restringirse y velar por la salud de las personas gestantes, pero sobre todo por su decisión. Quizás es hora de buscar la solución en organismos internacionales, luchar por una proclama universal.

El papel de la cultura

Tengo la firme creencia de que existen verdades universales, cuestiones que no se pueden negar sin importar en la parte del mundo en la que nos paremos, del color que nos vistamos, de que llevemos globos o levantemos los dedos al aire vitoreando, de que nos inclinemos hacia la derecha o la izquierda, o a quien le recemos. Una de ellas es la capacidad de decidir, la libertad de elección, el libre albedrío, y eso abarca desde que vestir, quien ser, a quien amar y qué hacer con el cuerpo de uno, respetando a los demás.

Un profesor de ética de mi antigua facultad nos explicaba las diferencias entre tolerar y respetar. Básicamente, y quizás lo estoy parafraseando mal, tolerar implica suponerse superior al resto, respetar es lo opuesto, no hay valoración alguna ante lo que respeto. El mismo docente publicó una nota de opinión muy interesante junto a un colega sobre la situación de las mujeres iraníes en Comercio y Justicia, como una crónica ambos nos relataban lo sucedido en las calles iraníes y como ciertos movimientos hicieron caso omiso a la lucha de las mujeres en el país oriental.

La marea verde fue el movimiento predominante que coadyuvó a la legalización del aborto en Argentina, hace poco celebrábamos un año desde la vigencia de la ley, con el mismo impacto que el manifiesto de De Beauvoir, es claro entonces que la cultura tiene un papel importante sino principal en la lucha por la igualdad. Sin embargo otros sectores de la cultura, se mantienen renuentes al progreso, incluso vemos que escriben ríos de tinta exclamando que el aborto no es respuesta, que hace falta educación y políticas de salud acordes, los mismos que al otro día rechazan la educación sexual y políticas públicas en materia de anticonceptivos.

En este sentido, entiendo que hay temas que ya no se pueden discutir, derechos que no se pueden negar y actos que se deben condenar, sin importar en la vereda en la que nos encontremos, si es que realmente queremos avanzar. Mientras tanto seguimos en el tablero, avanzando y retrocediendo, a manos de quien tira los dados.