
¿Cuánto hay, y cuánto hubo, fuera del útero para las mujeres? Que no se confunda: no se pone en duda la posibilidad de hacer algo sobre el mundo teniendo útero -¿Qué sería del mundo sin mujeres entonces?- sino, más bien ¿Qué cantidad de sellos incrustados en la piel, cuando de crecer teniendo útero se trata?
Quizás la pregunta que más sentido tenga sea quién es una mujer sin tantas atribuciones. La respuesta es clara: poderosa, manifiesta, creadora. En Argentina, desde 1970, con la fundación de la UFA (Unión Feminista Argentina) hasta la actualidad, empezaron a cristalizarse historias: desenredar los nudos cotidianos y -entre todas- consolidar nuevas realidades.
Las transformaciones no se dieron, no se dan ni se darán de manera individual: en México, la “Leyes revolucionarias de las mujeres” se legislaron a partir del movimiento de mujeres zapatistas; lograron trabajo con salario digno, elegir a su pareja, no ser obligadas a contraer matrimonio, decidir cuántos hijos tener, educación, no ser golpeadas o maltratadas físicamente, entre otros puntos.
Como respuesta al femicidio de Lucía Perez en el mes de octubre de 2016, se convocó y llevó a cabo un Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo de 2017. Los femicidios seguirían, pero la unión de tantos miles de cuerpos y voces, también.

Desde 1985 se realiza el Encuentro de Mujeres, el cual comenzó con un grupo pequeño y continuó año a año con miles y miles de identidades de diversos orígenes. A partir de 2022 es llamado como Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Se realizan talleres y debates sobre las injusticias actuales -nunca han cesado-; además del encuentro cálido y necesario ante un presente que permanece hostil.
Siempre fue de a miles agarradas de las manos. Y, la duda sobre quién puede ser una cuando se callan las voces externas, también es al lado de otra mujer. Se forma una tribu; alrededor de un fuego, rodeado de mar.

El arte ha sabido representar y plasmar las voces de quienes tienen un útero que late revienta se queda sediento de vida cuando un otro castiga. Es el ejemplo de Martes Verde: una antología que reúne más de 200 poemas, escritos por poetas de todo el país. Poetas por el Derecho al Aborto Legal; se reunían cada martes en los alrededores del Congreso, y leían sus producciones como parte de las actividades. Es, en sus relatos, dónde se halla la historia.
Por otro lado, Paloma Sánchez (Tres Arroyos, 1984), Doctora en Comunicación, docente e investigadora en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, escribió Fragmentaria (EDULP, 2017) y luego, su poemario, Bocacalle (Rangún, 2020).
La novela Fragmentaria, escrita por Paloma Sánchez, presenta relatos que se encargan de meterse en cada vértebra. No es una metáfora: cada uno de ellos se mete y toca cada nervio, y lo deja hecho babosa.
Abraza con fuerza al cuerpo y lo suelta al mismo tiempo y es, sin más ni menos, lo que buscamos en cada latido de salir corriendo, en medio de tanta vida presionada y obligada a ser algo más que, sólo vida.
Paloma Sánchez, doctora en Comunicación, Profesora e Investigadora en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, reúne en Fragmentaria, publicada en 2017, a la figura del cuerpo, a la muerte, al futuro, al placer por sentir lo diminuto y el repudio por lo impuesto como verdad.
La novela, con un total de 96 páginas y 32 relatos, le habla “al resto”, a quiénes aún no reconocieron que laten mientras duermen porque, al resto, no se lo mira. El resto: lo que palpita, pero no lo sacamos del cajón de lo no debido. El resto: lo que es sin ser algo. El resto: las mujeres.
En el centro de la tapa del libro habita un útero, representando el hilo conductor de los relatos que integran la novela: cada palabra escrita nace desde el más profundo centro de creación de la autora, desde su centro más íntimo y genuino. Desde el lugar del dolor y del placer. Desde el nacimiento y la muerte.
Paloma Sánchez hace uso de la primera persona en cada uno de sus versos, se apropia de lo que siente y lo vuelca a la hoja. Sin miedo y con urgencia. Invita a sus lectores a meterse dentro de sus pieles, a través de ella.

Aparte de Fragmentaria, Paloma escribió Bocacalle, poemario que contiene la vida y muerte de las mujeres que están y dejan de estar por un sistema estrictamente machista.
Tanto Bocacalle, como los poemarios Martes Verde y, La rebelión de las lombrices de “Autoras por el Derecho al Aborto Legal”, me recuerdan a Fragmentaria porque trae la importancia de seguir reflejando la pila amontonada de obligaciones que tenemos sólo y exclusivamente por ser mujeres: parir, ser madre, cumplir, rompernos en pedazos y aguantar. Llorar un poquito y seguir. Porque somos mujeres. Mujeres con la libertad entre los dientes, deseadas y apuradas por vivir.
“Impresa la debilidad
Bocacalle, 2020
desde el parto
tu madre parió con
dolor y miedo y
te puso ropa rosa como
un tatuaje de mierda líquida.”
La novela muestra al cuerpo. Lo desnuda, a veces le saca la ropa, otras no: le arranca las construcciones y lo abraza, y llora. Lo escupe para que friccione con otros cuerpos, y el cuerpo se retuerce y grita: pide refugio. Nadie nos enseña a cuidar al cuerpo como nuestro propio hogar.
“Molesta el recuerdo de lo que acaba de ser y de que acabamos recién y la posición que toma mi cuerpo que aún chorrea algo. La contracción de los músculos ante la defensa del peor enemigo.”
Fragmentaria, 2017
Y yo, me apego al fragmento de Paloma para refugiar a mis pedazos de carne que estaban en la parte derecha de una cama cuando lloré -desnuda- para que abracen todo lo que no acabé y seguía adentro mío desde: la garganta hasta el útero.
El libro, reclama que, por fuera de lo que creemos que debemos hacer, está la vida, dónde las cosas pasan: la belleza de lo diminuto y la muerte, en la misma escala. Ella los relata como “golpes de sentido que dan la sensación que aún nos queda tela por cortar”.
Con intención de ser escuchada, escupe letras y reclama: “Gran parte de nuestro transcurrir dedicado a revivir y desnudar nuestro pasar, nuestros pasares. Aprender. Aprender a desaprender”
Crecemos para sacarle el disfraz a las creencias de quienes nos enseñan. El concepto de vida y la limitación que nos habita día a día por tanto creer. Lo que late, camina más rápido que la creencia ¿La creencia te late, o latís por fuera de ella? Paloma, pone a jugar lo que duele, incrustado en nuestros cuerpos. Leer Fragmentaria, es mirar a la vida desde una vereda con sol.
Que nadie niegue el poder de nuestros úteros. Que nos creamos merecedoras de ese poder. Que nos lo hagamos recordar si se nos olvida. Sí, sólo entre nosotras. Una tribu.
Bocacalle. (s.f.). Entre pares: Bocacalle Episodio 4. s.n. Recuperado de https://www.centrodearte.unlp.edu.ar/bocacalle-2/ centrodearte.unlp.edu.ar
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Gaceta UNAM. (2024, enero 7). Mujeres zapatistas, ejemplo de revolucionarias. s.n. Recuperado de https://www.gaceta.unam.mx/mujeres-zapatistas-ejemplo-de-revolucionarias/ Gaceta UNAM
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