FOMO: el miedo a quedarse afuera ¿De qué?
¿Cómo nos comunicamos cuando los medios a los que estamos acostumbrades fallan?
El lunes 4 de octubre Facebook, Instagram y Whatsapp, las redes sociales más utilizadas, tuvieron algunas fallas y dejaron de funcionar a nivel mundial por más de seis horas.
La palabra “WhatsApp” fue trending topic durante todo el día en Twitter que junto a Telegram, TikTok y Twitch fueron las únicas sobrevivientes al apagón. Como usuarios digitales cada vez estamos más acostumbrades a la hiperconexión y se vuelve difícil imaginar un panorama donde comunicarse no sea una cuestión instantánea o, al menos, una posibilidad.
En Argentina, según un estudio realizado por We Are Social y Hootsuite, las personas utilizan las redes sociales en promedio unas 3 horas y 22 minutos al día. De la totalidad de les usuaries, el 56,9% las utilizan para trabajar. Estos estudios nos indican cuán influyentes se han vuelto las redes en nuestro día a día; ahora no solo se utilizan para el entretenimiento y la interacción cotidiana sino que además funcionan como herramienta de trabajo para una gran mayoría de la sociedad.
Si nos adentramos en las formas de interacción dentro de las diferentes comunidades virtuales podemos observar la existencia de un fenómeno que afecta cada vez más fuerte el comportamiento de les usuaries: el FOMO. El síndrome FOMO (del inglés fear of missing out, «temor a dejar pasar» o «temor a perderse algo») es una patología psicológica de carácter social que aumenta no solo el deseo de estar continuamente conectade con lo que otres están haciendo sino también el sufrimiento y la ansiedad al no poder acceder a esa simultaneidad.
Desde el inicio de la pandemia, el tiempo frente a las pantallas se vio multiplicado y la conexión con el exterior pasó a estar en gran parte mediada por las redes. Con este panorama, una interrupción en la conexión, cualquiera sea la causa, puede despertar sensaciones de desesperación, agobio y estrés.
FOMO: ¿Cómo pueden las aplicaciones que utilizamos producir ansiedad social?
Mucho se habla de la dependencia al celular como aparato tecnológico y, sin embargo, se elude la verdadera razón de la utilización del dispositivo electrónico. Lo importante dentro de esta cuestión es la necesidad de estar en permanente interacción con le otre. En esta interacción, les usuaries buscan constantemente sentirse integrados y validados por les otres usuaries que habitan sus mismas redes sociales. Esta necesidad de aprobación continua termina, a largo plazo, afectando el modo de vinculación con le otre y la auto percepción que tienen de si muchas personas.
A pesar de que, en cierto punto, es inevitable tener en cuenta la mirada del otre, no debemos olvidar que tanto las opiniones como el contenido que circulan por las redes sociales no son un fiel reflejo de la realidad. Muchas veces, los posteos solo muestran un panorama acotado, repleto de filtros, retroques y cortes. Algo similar sucede con los comentarios, estos pueden representar tanto la opinión sincera del usuarie como una simple postura.
Entonces, es fundamental que todes les usuaries de las redes sociales revisemos y cuestionemos nuestros hábitos de consumo y el tiempo dedicado en estas aplicaciones para poder proteger nuestra salud mental. Poner en pausa nuestra exigencia constante por “pertenecer” a determinados ámbitos se vuelve una tarea difícil pero que, a largo plazo, nos será mucho más beneficioso.