¿Por qué el norte argentino es la región más afectada por la crisis ambiental?

¿Podríamos caminar entre los restos del monte sin sentir que algo falta? Los troncos caídos, que todavía se ven imponentes. La tierra, abierta por las máquinas, exhala un polvo que antes fue raíz, sombra, refugio. Entre las ramas secas cuelgan los rastros de lo que fue un bosque vivo: hojas marchitas, nidos vacíos, huellas que el sol borra sin demora. Se asemeja a una escena futurística donde los árboles dejaron de rodearnos. Adentrémonos en el norte argentino.

norte argentino

El silencio pesa, y ya no se escuchan los cantos que marcaban la mañana ni el zumbido de los insectos que habitaban la espesura. Donde antes había vida, ahora hay surcos. Donde anteriormente hubo monte, hoy se extienden alambrados.

Así suena el norte argentino ahora, un territorio que durante siglos respiró al ritmo de sus árboles, fue hogar de múltiples especies y que hoy se enfrenta a un desmonte tan constante como invisible.

Son muchas las preguntas que surgen al recorrer el norte argentino, una región donde el verde retrocede año tras año frente a la deforestación, los incendios y el abandono estatal. Un territorio donde, quizás, dejamos de preguntarnos qué pasa y empezamos a acostumbrarnos a su silencio.

Según el Informe Anual de Deforestación 2024 de Greenpeace, en el último año se perdieron casi 150.000 hectáreas de bosques nativos en las provincias de Santiago del Estero, Chaco, Salta y Formosa. Si se suman las zonas afectadas por incendios, la pérdida total supera las 200.000 hectáreas. Cada una de ellas representa un fragmento de vida perdido. Pero, ¿por qué sucede esto principalmente en el norte del país?

norte argentino | Rocky Arte
Informe de Greenpeace revela que durante el 2021 casi la mitad de la deforestación del Norte Argentino se produjo en Santiago del Estero, y más del 80 por ciento fue ilegal. En Chaco las topadoras arrasaron 18 mil hectáreas, a pesar de que los desmontes están suspendidos por la justicia provincial. La organización ecologista volvió a reclamar la penalización de la destrucción de bosques.

Un monte que resiste

En el norte argentino, el monte es mucho más que un paisaje: es alimento, sombra, agua, historia. Durante siglos, comunidades indígenas y campesinas vivieron en equilibrio con ese entorno. Pero hoy, los desmontes avanzan sobre su territorio con topadoras, alambrados y permisos dudosos. Donde había quebrachos, algarrobos y lapachos, ahora hay pasturas y monocultivos.

“En muchos casos, los desmontes se realizan en zonas protegidas por la Ley de Bosques”, advierte Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace. “La ilegalidad es cotidiana. Se prioriza el negocio por sobre la naturaleza y los derechos humanos”, sostuvo en una entrevista con Mongabay Latam.

norte argentino - Greenpeace
Foto: Facundo Gallo / Greenpeace

Las imágenes satelitales del informe muestran patrones claros: la frontera agro ganadera se expande, empujada por el aumento del precio de la soja y la ganadería intensiva. El monte, ese escudo natural frente al cambio climático, desaparece para dar lugar a un modelo que agota los suelos, contamina y deja a miles de familias sin tierra.

La primera causa es entonces el modelo agropecuario expansivo. Desde los 2000, la frontera agrícola avanzó hacia la zona norteña, impulsada por una sobre demanda global de la soja y ganadería intensiva. Los desmontes masivos transformaron ecosistemas tan importantes como el Gran Chaco Americano, segundo bosque más grande de Sudamérica después del Amazonas. Esto se debe a que la tierra es más barata, el control estatal débil y las comunidades más vulnerables; esta ecuación da como resultado un desmonte rentable. 

El clima extremo, es otra de causas que afectan el norte. El cambio climático amplifica la problemática y da pie a sequías prolongadas, olas de calor y faltas de lluvias, en consecuencia, transforman el territorio en un espacio altamente inflamable. Los incendios, muchos iniciados para “limpiar” zonas desmontadas se salen de control con facilidad. El fuego destruye suelos, desplaza fauna, contamina el aire y deja a comunidades enteras sin recursos.

El norte argentino no sólo está expuesto por razones ecológicas: también lo está por razones sociales. Es una de las regiones con mayor pobreza estructural y con una presencia histórica de pueblos indígenas y comunidades campesinas que dependen directamente del monte para vivir: de su madera, de sus frutos, de su sombra y del agua que conserva.

Cuando los bosques desaparecen, las comunidades pierden su fuente de sustento y son desplazadas. En muchos casos, enfrentan desalojos, criminalización o violencia por defender su territorio. Como señaló la investigadora Noemí Cruz  “el desmonte no solo destruye árboles, destruye culturas enteras”.

norte argentino
Foto: Osvaldo Tesoro/Greenpeace Argentina

La debilidad del control ambiental, es otro talón de Aquiles para esta zona. Las provincias son responsables de aplicar la Ley de Bosques, pero en muchos casos los organismos de control tienen bajos presupuestos, escaso personal y presiones políticas o económicas. Además, algunas provincias han modificado los mapas de ordenamiento territorial para permitir desmontes donde antes estaban restringidos. Así, el norte combina una alta riqueza natural con una institucionalidad débil: una combinación que lo deja especialmente expuesto.

El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) publicó en 2022 un estudio que reveló que la mayoría de los argentinos reconoce el cambio climático como un problema grave. Sin embargo, la capacidad de adaptación varía enormemente según la región.

estadísticas norte argentino

El norte tiene infraestructura deficiente, menor acceso al agua potable y menos recursos estatales para responder a emergencias. Por eso, cuando llega una ola de calor o una sequía prolongada, el impacto es más severo que en otras zonas del país. En resumen: el norte no solo sufre más eventos extremos, sino que tiene menos herramientas para enfrentarlos.

Pese a la desigualdad y la degradación ambiental, el norte también es un territorio de resistencia y acción colectiva.

Desde las comunidades Wichí, Qom o campesinas de Santiago del Estero, hasta movimientos socioambientales que impulsan asambleas, radios comunitarias y redes de monitoreo del bosque, surgen nuevas formas de defensa del territorio. En palabras de LatFem, “el norte argentino no es una zona sacrificada, sino un espacio que pelea por seguir siendo habitable”.

Fuentes:

DEFORESTACIÓN EN EL NORTE DE ARGENTINA

De norte a sur, una radiografía de los conflictos socioambientales en Argentina

El monte, así como se destruye, también tiene una memoria para volver”: Noemí Cruz | ENTREVISTA

El PNUD lanzó Acción Ambiental, un estudio que revela que la mayoría de los argentinos reconocen el cambio climático, si bien su accionar es poco frecuente

norte argentino | Rocky Arte

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