Pareciera que hablar de veganismo y metal en una misma oración careciera totalmente de sentido y mucho más, si dentro de la escena del metal buscamos entablar una asociación directa entre el veganismo y el metal extremo.
¿Por qué la forma más brutal del metal en su máxima expresión estaría ligada con la lucha por el antiespecismo y la cultura vegana? Existe una explicación para todo esto y va más allá de la adopción de una dieta vegana o vegetariana por parte de los miembros de tal o cual banda.
Para darle un mejor abordaje, nos vamos a remontar a las subculturas del movimiento punk, las cuales, por entonces, estaban íntimamente ligadas a la lucha por los derechos de los animales y que, posteriormente, devinieron en el anarcopunk y el straight-edge.
Veganismo: irrupción en la música británica
Históricamente, estamos hablando de los años 80, momento en el cual, estas temáticas no solo se manifestaron en las letras de las canciones sino que además, el activismo se tradujo en conciertos a beneficio de organizaciones animalistas, asociaciones “hunt subs”, movimientos “anti-apartheid” y acciones militantes directas de activistas contra mataderos, etc. que estaban asociados con la subcultura punk.
A partir de entonces, esta movida rápidamente comenzó a abrirse camino para abarcar otros subgéneros del punk rock y el hardcore y fue así como a mediados y fines de los años 80, se mezcló con crust punk, el metalcore y el grindcore, encontrando en estos a sus máximas expresiones.
Con la irrupción de Napalm Death y de Carcass en la escena del grindcore en el Reino Unido, se hicieron recurrentes las letras cuyas temáticas principales se centraban en fuertes críticas a la industria cárnica, la tortura animal, los derechos de los animales, la explotación del hombre por el hombre y al sistema político gobernante.
Carcass, por su parte, también se caracterizó por letras que incluían terminología médica casi inentendible por su audiencia.
Entre las primeras bandas de crust punk, se encuentran Electro Hippies, de la cual era parte, Jeff Walker, bajista/vocalista de Carcass, Extreme Noise Terror y Discharge. Es importante destacar que los miembros de estas bandas, eran, por entonces, veganos, vegetarianos u ovolactovegetarianos.
Podría afirmarse que fue a partir de este momento que en la escena del metal se comienza a discutir estas temáticas. Música brutal cargada de un fuerte contenido político y confrontativo que interpelaba a sus oyentes desde otro lugar. Desde el lugar del consumo de animales a la hora de alimentarse y su apoyo a organizaciones que luchan contra la explotación animal, la caza furtiva y la lucha contra el fascismo.
En cuanto a Napalm Death, su vocalista y vegano, Mark «Barney» Greenway, ha expresado en varias entrevistas que considera necesario que se comience a concientizar a temprana edad acerca del maltrato y la explotación que sufren los animales cuya crianza está destinada al consumo humano.
Greenway, fue vegetariano desde los 14 años y se convirtió al veganismo a partir del 2012. Greenway, además, es conocido en la escena no solo por su estilo vocal sino también por su activismo vegano y constante apoyo a diversas organizaciones animalistas en el Reino Unido.
El legado musical de ambas bandas ha tenido una amplia repercusión, no solo por ser pioneros de un subgénero del metal extremo sino porque en la actualidad, si bien ambas bandas se encuentran activas, y sus sonidos han ido evolucionando, sus letras, siguen interpelando políticamente a sus oyentes como lo hicieron desde sus inicios abordando temas actuales como lo son la problemática de los refugiados en Europa, la lucha contra el fascismo, la defensa del medio ambiente y temas relacionados con la identidad de género.
En la letra de «Captive Bolt Pistol», del álbum Surgical Steel, de Carcass, editado en el año 2007, Jeff Walker y compañía, nos relatan en qué consiste el uso de una pistola de proyectil cautivo en los mataderos (abbatoir / slaughterhouse). Para un ejemplo, incluso más gráfico y de mayor salvajismo, les sugiero que echen un vistazo al documental «Earthlings», de 2005, relatado en su totalidad por Joaquin Phoenix.